Concurso público
La ubicación para el Museo, hace necesario ser respetuoso con su entorno, pero sin renunciar al carácter y representatividad. El edificio se configura mediante una primitiva operación de apilamiento de volúmenes sobre un zócalo continuo, más concentrada e importante en el acceso y alrededor del vestíbulo.
El edificio se muestra al público como puerta de acceso al Parque. Un espacio a triple altura recibe al visitante ofreciéndole la posibilidad de iniciar la visita interior o recorrer el recinto. El propio museo, contemplado desde lo alto, gracias a la fragmentación volumétrica, se integra en el tejido, actuando a la vez como atalaya desde la que contemplar y ser visto.
Para dotar de continuidad, se opta por el mismo tipo de cerramiento para todos los volúmenes (excepto en el zócalo pétreo) compuesto de montantes de aluminio que se aproximan o alejan en función de las necesidades espaciales. Esta envoltura permite integrar el edificio en el entorno, bien sea por la incorporación de la vegetación circundante en las zonas más transparentes o la reflexión que se produce en las opacas.