Proyecto
El Bosque de Valdenazar comprende una extensa lengua de terreno que se asienta sobre una vaguada situada junto al campo de golf de ‘Valdeluz’ y cuyo hábitat natural está conformado por una densa masa boscosa de encinas y robles, característicos del bosque mediterráneo, que se conservan intactas gracias a que el factor humano no ha condicionado el terreno y no se han visto afectadas por la actividad agrícola. De titularidad municipal, en este paraje abundan diversas especies autóctonas de aves y animales mamíferos, como el cernícalo primilla, la perdiz, el mochuelo, el corzo o el jabalí, que campan a sus anchas entre la espesura. Las vistas de este auténtico ‘pulmón verde’ desde la Casa Club del campo es magnífica, sobre todo, durante la época otoñal.
El Ayuntamiento de Yebes ha incluido este paraje entre las actuaciones que definirán el futuro Parque Forestal. El proyecto consta de un inventario de especies vegetales de las zonas verdes; el levantamiento de caminos y senderos, que están convenientemente señalizados; la adecuación de pasos y la mejora de las zonas de difícil acceso. Se instaló mobiliario urbano y se construyeron zonas estanciales de descanso y observación, así como la elaboración de una guía con planos que permitirán el uso y disfrute del parque.
Aunque está muy roturado por la actividad agraria, en el paisaje de Yebes se observan rodales intermitentes de quejigo. Las zonas menos alteradas son las cárcavas y vaguadas que se localizan al sur, colindantes con Valdarachas. El páramo de La Alcarria se entremezcla con suaves cerros en los que abunda el matorral y las plantas aromáticas, como la lavanda, el espliego o el tomillo.
El paseo por este entorno natural es tranquilo, sencillo, y está guiado mediante señalización para resaltar distintos puntos de interés que permiten observar la vegetación característica del monte, fauna salvaje y el lugar en el que se hallaba la Fuente del Valle de Alcohete, hoy totalmente desaparecida por el abandono que ha sufrido este paraje durante las últimas décadas. Además, se pueden encontrar los restos de una vieja carbonera, indicadora de una actividad muy común antaño en estos montes, que ha condicionado la estructura boscosa que presenta hoy en día.
La ruta diseñada es circular, de nivel fácil, con una longitud de unos 2.130 metros de longitud y con una duración aproximada de 50 minutos. Discurre respetando los antiguos caminos vecinales que ya existían desde hacía muchos siglos pero que se encontraban a punto de desaparecer en la actualidad por falta de uso. Además, en este bello paraje se pueden encontrar unos pocos ejemplares de encinas centenarias que sobrevivieron a la actividad del carboneo que se realizó en estos montes hasta mediados del siglo XIX, así como un mirador en el que con un poco de suerte es posible divisar mamíferos y aves. Cuenta también con paneles interpretativos sobre el Bosque de Valdenazar, zonas estacionales para descansar y disfrutar plenamente del entorno y los restos de lo que fue la antigua Fuente del Valle de Alcohete.
El edificio se sitúa en el inicio de la ruta, junto al aparcamiento del campo de prácticas del campo de Golf de Valdeluz y al pie de dos depósitos de agua (uno viejo y otro nuevo), como punto de acogida de los visitantes que acuden a conocer este paraje.
Los objetivos funcionales son, primero el de recepción y control del visitante, para después ofrecer, a través de los recorridos expositivos, una información sencilla, amena y pormenorizada del Bosque de Valdenazar, que despierte el interés en la observación de este espacio natural. En el centro también se desarrollarán cursos, actividades o talleres para el conocimiento de los ecosistemas y de las zonas rurales colindantes.
El edificio prestará los siguientes servicios:
- Zona de recepción y punto de información
- Área administrativa
- Sala polivalente audiovisual
- Sala de exposición permanente (divulgación del bosque de Valdenazar)
- Sala de exposiciones temporales
- Aseos
- Almacén y área técnica
Con el objetivo de generar el menor impacto ambiental, el edifico se desarrolla en una sola planta. Ofrece una fachada principal uniforme y representativa hacia la explanada del aparcamiento, y se disgrega volumétricamente en su fachada posterior, para integrarse con el entrono y respetar el arbolado existente.
Para la envolvente perimetral del edificio, en determinadas zonas nos encontramos con un cerramiento acristalado de suelo a techo, protegido mediante una celosía de lamas verticales de acero. El vidrio genera una continuidad visual entre el interior y el exterior del edificio, y las lamas verticales provocan al girar un juego de sombras que nos anticipa las sensaciones que el visitante experimentará en su paseo bajo los quejigos del bosque. Encontramos esta solución de cierre en las zonas de recepción y tránsito, así como en sala de exposición permanente.
En contraposición con el cerramiento anterior, el elemento elegido para el resto de los espacios es el hormigón armado visto. En el caso de la sala de exposiciones temporales y la sala polivalente audiovisual, la luz natural se distribuye a través de lucernarios horizontales, con la posibilidad de oscurecimiento total en esta última.
Como edificio ecológico, se emplean materiales y energías renovables. La envolvente ha sido diseñada para minimizar la radiación solar en verano y las pérdidas de calor en invierno. De modo que se minimiza el consumo de energía, obteniendo una calificación energética clase A.
La accesibilidad está garantizada mediante la incorporación de una rampa de acceso a todo el programa, dispuesto en un único nivel. Y se dispone de un aseo adaptado para personas con discapacidad